martes, 10 de noviembre de 2009

Desolaciones

Los afluentes de la noche deambulan,
ebrios de bohemias.

Buscaron topar su designio,
pero el diván fue efímero.

Y sólo un lamento a lo lejos,
fractura la jornada.
La luna adúltera festeja,
la brisa crepita, divaga,
y los astros
son inmunes,
habitan los ojos
decantan,
irrumpen,
advierten,
las aves del silencio.

La espesura torna victoriosa,
y engendra luceros el ocaso.

Vuestra comparsa habitará perenne,
rubricará columnas,
poseerá milicias,
santificará baladas agoreras.

Y aún espero que al alba

las gradas no me sean esquivas.

Sé que la cruz de madera,
no necesita mi presencia...

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