Los afluentes de la noche deambulan,
ebrios de bohemias.
Buscaron topar su designio,
pero el diván fue efímero.
Y sólo un lamento a lo lejos,
fractura la jornada.
La luna adúltera festeja,
la brisa crepita, divaga,
y los astros
son inmunes,
habitan los ojos
decantan,
irrumpen,
advierten,
las aves del silencio.
La espesura torna victoriosa,
y engendra luceros el ocaso.
Vuestra comparsa habitará perenne,
rubricará columnas,
poseerá milicias,
santificará baladas agoreras.
Y aún espero que al alba
las gradas no me sean esquivas.
Sé que la cruz de madera,
no necesita mi presencia...
Aún teniendo diferencias muy grandes con el señor Bergoglio, le digo: este
es el camino, enhorabuena
-
Rafael Teicher
Hace 3 días
No hay comentarios:
Publicar un comentario