Los afluentes de la noche deambulan,
ebrios de bohemias.
Buscaron topar su designio,
pero el diván fue efímero.
Y sólo un lamento a lo lejos,
fractura la jornada.
La luna adúltera festeja,
la brisa crepita, divaga,
y los astros
son inmunes,
habitan los ojos
decantan,
irrumpen,
advierten,
las aves del silencio.
La espesura torna victoriosa,
y engendra luceros el ocaso.
Vuestra comparsa habitará perenne,
rubricará columnas,
poseerá milicias,
santificará baladas agoreras.
Y aún espero que al alba
las gradas no me sean esquivas.
Sé que la cruz de madera,
no necesita mi presencia...
PUERTAS
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Como las orquídeas noctámbulas,
las puertas tienen la mala costumbre
de estar cerradas a la luz del sol,
pero esa es solo una circunstancia aparente, hijo...
Hace 6 años
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