Manos sudorosas claman ansias,
la carne reclama pedazos de siluetas.
Un rumor mudo
grita su obsesión,
la noche visa el deseo,
el fin encalla de prisa,
la hora se aproxima -es necesariolas
pupilas lo delatan,
las fragancias lo requieren,
el peligro no esperaba.
Una vez,
quizá un segundo,
una jornada,
y cuando el alba asome,
mi memoria quedara suprimida.
Aún teniendo diferencias muy grandes con el señor Bergoglio, le digo: este
es el camino, enhorabuena
-
Rafael Teicher
Hace 2 días
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