En acuosas borrascas,
mi destierro navega
por fronteras sin esqueleto.
Colindo al oriente,
donde el río dibuja espejos,
y la lluvia plagia lamentos.
Triunfos me apellidan,
sables me hostilizan,
la esquina se aproxima.
Destroné a los ciclos,
retorné con los astros,
me apreso el colgajo.
Soy cancerbero azulado,
los séquitos paganos
me honran con su imprudencia.
Tal vez mi pluma se agote,
o mi masa se mude.
Mas espero al mármol ventoso,
y el sur será mi destino.
Aún teniendo diferencias muy grandes con el señor Bergoglio, le digo: este
es el camino, enhorabuena
-
Rafael Teicher
Hace 2 días
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