En acuosas borrascas,
mi destierro navega
por fronteras sin esqueleto.
Colindo al oriente,
donde el río dibuja espejos,
y la lluvia plagia lamentos.
Triunfos me apellidan,
sables me hostilizan,
la esquina se aproxima.
Destroné a los ciclos,
retorné con los astros,
me apreso el colgajo.
Soy cancerbero azulado,
los séquitos paganos
me honran con su imprudencia.
Tal vez mi pluma se agote,
o mi masa se mude.
Mas espero al mármol ventoso,
y el sur será mi destino.
PUERTAS
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Como las orquídeas noctámbulas,
las puertas tienen la mala costumbre
de estar cerradas a la luz del sol,
pero esa es solo una circunstancia aparente, hijo...
Hace 6 años
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