El páramo lanzó su llanto
aquel día de abril
cuando las cenizas
flotaron sin descanso.
Me dicen que fue un sueño
yo culpo a la utopía.
El páramo sigue llorando
con lágrimas azucaradas
y aunque roce su dulzura
sigue y sigue gimoteando.
Creo que fue un mal sueño
aunque aquel día no dormí.
Y él
con sus alas extendidas
voló hacia el ocaso
mas allá de las cimas.
Yo creo en ese sueño
¡Ay páramo afligido!,
No llores en mi regazo
ya despierto presuroso
carraspeando los ronquidos...
PUERTAS
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Como las orquídeas noctámbulas,
las puertas tienen la mala costumbre
de estar cerradas a la luz del sol,
pero esa es solo una circunstancia aparente, hijo...
Hace 6 años
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