Los océanos de arena
fluyen en caudales de sal.
Van cavando surcos,
tapizando siglos,
condenando al sol.
Galopan en monturas de polvo.
Viajan inclementes
coloreando los papiros.
De día amarillos,
atardecen naranjas,
rubíes,
granates,
y de noche incoloros.
Y cuando emergen,
relatan historias acuosas,
sueñan con el mar.
Se bañan en costras olvidadas.
Aquí la lluvia abandonó su herencia,
la empeñó al horizonte,
donde la luna es pasajera,
donde el viento hierve
recuerdos de la nada.
Y verás,
si tus ojos las alcanzan,
como a lo lejos los cerros
copulan con las nubes.
Verás el silencio
dibujando la pampa,
los rostros enterrados,
danzando al compás
de las dunas...
Aún teniendo diferencias muy grandes con el señor Bergoglio, le digo: este
es el camino, enhorabuena
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Rafael Teicher
Hace 2 días
1 comentario:
Recibí tu libro. No tengo más que aplausos y miles de abrazos para ti. Mi total agradecimiento.
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